La cabina telefónica
Mis oídos escuchaban murmullos incoherentes, mientras que mis ojos pasaban imágenes frente a ellos y las desaparecían sin que las pudiera procesar. Lo que estaba distrayendo mi atención de la izada de bandera eran las pesadas ojeras debajo de mis ojos y el dolor en la colilla de ellos, que ardía como el demonio.
Era solo eso: el cansancio agotador al que…
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